Son pequeños insectos de la clase arácnido que rara vez resultan visibles al ojo humano. Los ácaros del polvo, se alimentan de las microscópicas escamas que desprende nuestra piel. Debido a esto, habitan lugares donde abunda su alimento, como colchones, almohadas, mantas, edredones, sofás, alfombras, peluches…
¿Cómo proliferan?
La humedad y el calor son aliados de los ácaros. Las condiciones perfectas para su proliferación se dan entre 20 y 30º de temperatura y por encima de 70% de humedad.
¿Cómo nos afectan?
Se calcula que aproximadamente un 30% de la población es sensible a los ácaros. En el caso de los asmáticos ese porcentaje aumenta hasta el 90%. La población infantil es especialmente sensible, sobre todo en las zonas costeras.
¿Qué síntomas provoca la alergia a los ácaros?
La alergia a los ácaros puede ser de leve a intensa. Los síntomas habituales incluyen:
Estornudos, moqueo, ojos rojos, llorosos y con picor, congestión nasal, picores en nariz y garganta, tos…
En el caso de padecer asma también se respira con dificultad y con pitidos, lo que puede complicar el sueño. También puede sentirse opresión o dolor en el pecho